23/5/09

AR-1730

Esa Noche estaba en el aeropuerto de Amsterdam, esperando el vuelo a Ezeiza que ponia fin a mi viaje para "despejarme" de los sucesos que habian pasado conmigo y a mi alrededor.
Volver a mi pais en ese momento no era lo que mas interesaba, ya habia hecho el check-in, pasado la aduana y esperaba el vuelo free shop consultando mis mails en la notebook.
Martin se quedaria una semana mas en los Paises Bajos visitando a su amigo holandes, mientras yo volvia ahora, esos pensamientos rondaban mi cabeza hasta que hicieron llamar por altavoz la salida del vuelo AR-1730, el vuelo que llevaria a casa, de vuelta mi realidad y de vuelta a mis amigos, bueno, por lo menos eso es lo que creia.
Me habia dado el gusto de pagar un viaje en primera clase, 16 horas de vuelo valian la pena viajarlas en un asiento mas comodo, me toco del lado de la ventana asi que antes que subieran todos la insipida azafata holandesa me habia servido un Gin-Tonic y no tenia mucho sentido quedarme despierto mas tiempo, asi que puse en el Ipod la cancion Fly By Night de Rush, un tema ideal para la ocacion y asi cerré los ojos.
desperte 3 o 4 horas despues, y al lado mio habia se habia sentado un gordito igual al de la pelicula Hitch definitivamente me habia dormido tan profundamente que no habia sentido como se acomodaban sus aproximados 110 kg. en el asiento al lado mio.

¡hola! -me dijo el gordito con un entusiasmo raro para alguien que ya viene viajando 4 horas en avion.
Un gusto -conteste medio dormido
¿quiere que le pida a la azafata un vaso de whisky como el mio?, no es el mejor que hay, pero no puedo sacar la botella de Jack Daniels que tengo en la valija - y el gordito se rió de su propio chiste.
¿como se llama usted?- pregunte para poder ponerle nombre a este extraño sujeto que se habia cruzado en mi viaje a casa.
¡Mil perdones! dejeme presentarme, soy "Aquel"- me dijo y me estrecho el brazo- yo con desconfianza le devolvi el saludo
¿Escuche bien? ¿como que "Aquel"?- pregunté con mucha suspicacia casi como un interrogatorio.
Si, en efecto yo soy Aquel, no es un nombre raro, ni siquiera un nombre, es una denominacion con la que me identifico hace mas de 2 mil años- dijo Aquel.
Miré el vaso de whisky que me habia servido la azafata para ver si tenia algo raro, o si habia bebido demasiado, pero ni siquiera lo habia tocado.
¿ Y a que se dedica usted, Aquel?- le pregunte bromeando como siguiendo su juego.
mnn a ver como explicarlo... usted sabe que el filosofo alemán Heidegger decia que "la muerte de cada uno era intrasferible, y por lo tanto nadie podia morir por uno" todos debemos sufrir nuestra muerte y solo nosotros la padeceremos -explico Aquel.
si, en efecto, lei uno de sus libros que escribio antes de la segunda guerra mundial, pero por favor vaya al grano.
Bueno -dijo un poco molesto por mi interrupcion de su explicacion- yo soy la refutacion de ese pensamiento de Heidegger, mi trabajo desde hace 2 mil años, como venia diciendo es de morir por la gente, es decir la gente cuando esta por morir, un tiempo antes yo entro a su cuerpo, remplazo su alma por la mia y el alma del moribundo inicia su viaje al purgatorio, sin dolor y sin darse cuenta del suceso, en efecto, yo sufro y muero por el. Asi saltando de cuerpo en cuerpo, de realidad en realidad a veces solo 5 minutos antes de una explosion, a veces horas en una sala de torturas, llevo miles de años viajando en el tiempo.
Mi asombro mezclado con confusion no me permitian producir una palabra alguna, asi que Aquel siguio contando como si hiciera un monologo de su vida y yo fuera su terapeuta.
... y no es tan malo el trabajo en si, a veces me toca ser un noble ingles y me llevo una gran vida hasta que alguien choca mi Aston Martin o como el Capomafia Siciliano que murio de un paro cardiaco mientras pasaba una lujuriosa noche con una prostituta londinense en el cabaret de la 22 Acacia Ave. te recomiendo si visitas algun dia la ciudad de la neblina eterna, ve a ese cabaret nombrame y la pasaras fabuloso, aunque no creo que puedas ir...
Miré la pantalla que me mostraba el transcurso del viaje y mostraba al avion en medio del atlantico, casi a mitad de camino.
¿ y cuales fueron las peores muertes? pregunte, ya pq no sabia si el psicopata que tenia sentado al lado podria matarme si no le ponía interes a su "historia".
... y bueno, las peores muertes son la de las torturas, por ejemplo, en el siglo XVII moria todo el tiempo decapitado o por la dama de hierro, la verdad no fue un buen siglo aquel... pero definitivamente la peor agonia es morir de tristeza, morir por la perdida del amor incondicional, una adolecente sentimentaloide me llevo toda una semana cortandose las venas el mes pasado- y río morbosamente
-¿y por que me esta contando esto a mi? o mejor dicho ¿ nadie sabe de esto?- pregunte asumiendo el tetrico relato.
digamos que yo no me averguenzo del trabajo que hago, y siempre que encuentro a alguien agradable con quien charlar, como a usted por ejemplo, lo que suele suceder es que la personas con las que charlo suelen morir conmigo tambien- explico Aquel
Justo en ese momento comenzo una turbulencia que hacia sacudir violentamente y el terror comenzo a invadir mi cabeza, la gente que viajaba se despertó y comenzó a preocuparse por que la turbulencia no terminaba.
¡Bueno, aqui vamos de nuevo! exclamó Aquel.
¡Es mi tercer accidente aereo en 10 años! yo sabia que este gordito ejecutivo no iba a llegar a Buenos Aires- me dijo entusiasmado Aquel mientras me caian lagrimas de las mejilas
¡Mierda de nuevo en el Atlantico!- y no paraba de exclamar como un loco y mi desesperacion crecia exponencialmente.
El avión empezo a caer en picada y las mascarillas de oxigeno cayeron del techo, definitivamente esto se venia a la mierda y no habia nada que hacer.
¿entonces este es el fin?- le pregunte a Aquel.
Asi es mi desconocido amigo, disculpe por no saber su nombre pero ya a esta altura no tiene mucho sentido no?
ninguno de los 2 nos pusimos las mascarillas, las luces principales del fuselaje se apagaron, ya sabiamos lo que nos esperaba, yo nunca llegaria a casa y el continuaria con su trabajo. El avión seguia cayendo, no hubo mensajes del capitan, solo gritos hasta que Aquel interrumpio:
- Brindemos con el whisky barato, es el ultimo brindis no?
Acerqué mi vaso y brindamos como dos condenados a morir que eramos hasta que golpeamos el Oceano.


reversionado de la historia de Fabian Dorigo








1 comentario:

Marin dijo...

Muy bueno el relato, realmente me hiciste sentir que estaba en ese avion, muy tremendos los personajes, ese cuento no se puede quedar aqui solamente.


Victor